Respira el Nombre de Dios: Una práctica de sanación interior
Respira profundamente y pronuncia el nombre internamente mientras inspiras. Retén el aire unos segundos y deja que la vibración de El Nombre llene todo tu ser. Expulsa el aire y suelta la emoción o situación que quieras dejar ir. Es importante hacerlo conscientemente. Identifica la emoción, respira hondo, aguanta y suéltala al espirar.